domingo, 14 de abril de 2013


SALUD
Las enfermedades infantiles más frecuentes son las de las vías respiratorias; entre la población adulta encontramos las gastrointestinales, la parasitosis y el alcoholismo. La mayoría de los padecimientos son provocados en gran medida por la desnutrición, la falta de higiene y, en general, por las malas condiciones económicas de la población.

Para mantener la salud, los matlatzincas acuden principalmente a los médicos tradicionales que viven en la región. Existen curanderos, parteras y hueseros, los cuales han desarrollado un lenguaje extenso y preciso de los métodos y medios naturales con los que curan. El curandero alivia la mayor parte de los males: el susto, el mal de ojo, el aire, la diarrea. Receta hierbas medicinales y proporciona la terapia adecuada a la enfermedad de que se trate. Las parteras atienden los partos y los empachos de los niños. El huesero se especializa en arreglar los huesos rotos, las luxaciones y dislocaciones mediante la aplicación de masajes.

Muchas personas han aprendido a curar a través de las enseñanzas de sus padres. Hay quienes tienen mayores virtudes y se especializan en alguna rama, pero esto sólo se sabe con la práctica, la cual muchas veces se inicia con un hecho casual. Otras personas que saben curar han adquirido su conocimiento al recibir un impacto de algún fenómeno natural. Por ejemplo, quienes han sufrido la descarga de un rayo y han logrado sobrevivir, adquieren poderes curativos. Otra forma de curar es a través de las visiones que se tienen con la ingestión de hongos alucinógenos. No todos los que comen estos hongos llegan a tener poderes. Podría decirse que ciertas personas son potencialmente aptas para conocer y aplicar las artes curativas, y que lo único que necesitan es saber encaminarse y encontrar los medios que les revelen su potencialidad.


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